TRENZANDO

Lengua propia


Me hace mucha gracia el término lengua propia porque he tenido dos a lo largo de mi vida. La primera fue un juego infantil con mis hermanas que, aburridas de muñecas y cocinitas, desarrollamos un idioma onomatopéyico para comunicarnos. Mi padre vio en ello una señal divina y nos apuntó a una academia de inglés. La segunda es la que utilizo habitualmente con mis amigas y a quién afirme que exagero le reto a que se una a uno de nuestros circunloquios. A ver si se entera de algo.

Valoro el catalán como una habilidad técnica similar a saber inglés o informática. Aunque creo que, en el mercado laboral, estas dos últimas son más valoradas. Incluso he tenido la idea peregrina de aprenderlo para entender las letras de Manel y algunos tweets. Pero, al igual que cuatro entradas no hacen un blog, una lengua propia no crea ni una cultura, ni construye una identidad nacional. ¿Por qué? ¡Fácil! Ayer lo explicaron @sinonevero y @pedroampudia. Si fuera así, no viviría en España sino en Hispanohablantía y los mudos serían apátridas.

Esta reflexión surge a raíz de a la reforma educativa de Wert  «el españolizador de Cataluña» que, según algunos medios, ataca frontalmente el sistema de inmersión linguística. Bravo por él. Este forzoso método de aprender el idioma catalán que comenzó siendo una medida de discriminación positiva, una excepción al principio de igualdad y, por tanto, transitoria, hasta que se consiguiera la normalización; se ha convertido en parte de la armamentística nacionalista al servicio de la independencia. No nos engañemos. Después de 34 años de inmersión en los que se han conseguido sobradamente sus propósitos (el bilingüismo), continuar con ella sólo tiene un sentido: acabar con la lengua impropia, el español.

2 comentarios el “Lengua propia

  1. Patricia EF (@PatiEliasFluxa)
    25 diciembre, 2012

    Suscribo TODO el post.
    Fdo. Una catalana.

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Esta entrada fue publicada en 5 diciembre, 2012 por en Política y etiquetada con , , .