TRENZANDO

Amanece

Todo el mundo considera que el peor momento de la noche es cuando se encienden las luces de la discoteca. La luz se ve como una privación y hasta como un castigo pues la diversión e, incluso, la intimidad se esfuman de golpe, dando paso al hambre y al sueño. Sin embargo, existe otro momento peor: cuando el sol te despierta en una cama que no es la tuya, sin saber qué hora es. Miras el reloj. ¡Las nueve y media! ¡Mierda! ¡Me he quedado dormida!.

Te escurres de los brazos de tu novio-amigo-amante, con el máximo cuidado para no despertarle, caes literalmente de la cama e intentas recuperar a gatas tu ropa esparcida por el suelo. Las leyes de Murphy dicen que siempre habrá algo que no encontrarás. Probablemente, el sujetador.

Todo te da vueltas mientras asomas la cabeza por la puerta del dormitorio y compruebas, complacida, que no hay nadie en el pasillo. Tras una larga búsqueda, encuentras la salida y el aire frío del descansillo. En el ascensor, respiras hondo. No quieres mirarte en el espejo y no reconocerte; pero tampoco puedes evitarlo. ¡Vaya cara! Tienes el pelo lleno de nudos y la línea del ojo a la altura de los mofletes. Te recompones con las manos, como haría un gato; pero tu aspecto exterior no tiene remedio. El vestido escueto y ceñido y los tacones altos, con los que hace más de doce horas salías de casa, llaman la atención del portero, del runner madrugador con el que casi te chocas y de los niños pequeños que vuelven de comprar el pan y el periódico con su padre. Los anglosajones tienen un nombre muy acertado para este deambular por la calle, escuchando tus propias pisadas, mientras buscas con ansia un taxi que siempre tarda en aparecer: the walk of shame.

Sí, muy lamentable, sin duda; pero ya en la tranquilidad de tu casa, después de una ducha caliente, bajo el edredón, tienes una sonrisa en la cara y una historia más en el bolsillo. Que no es poco.

10 comentarios el “Amanece

  1. P*
    12 febrero, 2013

    Esto tiene una solución sencilla: dormid en tu casa. Que sea él quien se enfrente a «the walk of shame».

    La experiencia me dice que no se irá a hurtadillas, que dejará que le prepares un buen desayuno y que casi lo tendrás que echar. Ellos, por suerte o por desgracia, son mucho más naturales que nosotras. Se presentarán a tus compañeras de piso aunque se las crucen vistiendo sólo los calzoncillos y no usan maquillaje ni tacones contra los que luchar a la mañana siguiente.

    Y tú podrás dormir con su olor un rato más.

    • Trenzando
      12 febrero, 2013

      Gran solución. Aunque soy partidaria de camas separadas. Así nadie te roba las sábanas 🙂

  2. Juan Tallón
    12 febrero, 2013

    Lo difícil que es salir por la puerta, y lo imposible que casi siempre me ha resultado entrar!!! Ese es material para otro costal…

    • Trenzando
      12 febrero, 2013

      A veces desearía que las puertas de las casas tuvieran un cartel luminoso de EXIT.

      Para entrar, como decía Stendhal, «Amusez une femme et vous l’aurez». No somos todas tan complicadas 😉

  3. Carlos
    12 febrero, 2013

    Nunca he entendido la necesidad de dormir con alguien. ¿Es un peaje que los hombres tenemos que pagar tras el polvo? ¿No basta con un momentito de arrumacos y palabras bonitas? Por favor…

    Y no, no me creo que sea por comodidad. Hay taxis a todas horas.

  4. Nacho Escobar
    12 febrero, 2013

    El ‘walk of shame’ (es gracioso el término) surge tras un momento de lucidez. Despertar, entre otras cosas, significa darse cuenta.
    Se ve entonces con toda claridad que lo único que importa es que, simplemente, amanece.
    Eso uno puede compartirlo o no compartirlo. Incluso hasta puede perdérselo y seguir durmiendo un ratito.

  5. La Biperina Folclórica
    13 febrero, 2013

    Yo una vez me fui a lo loco-co-co de casa de un chico que tenia portero 24 horas, en plan parando un taxi y escribiendo a mi jefa que no iba a trabajar al día siguiente. NO volví nunca a compartir esas sábanas por motivos que te contare cuando escribas huidas de camas ajenas.

    • Trenzando
      14 febrero, 2013

      Es un tema que da para escribir muchas entradas. Prometo desarrollarlo en un futuro próximo. Aunque solo sea para que nos cuentes tu experiencia 🙂

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Esta entrada fue publicada en 12 febrero, 2013 por en Relaciones y etiquetada con , .