TRENZANDO

Amour

Mucho cuidado: Esta entrada es un spoiler de la película Amour de Haneke.

Si hablas de amor, te arriesgas a caer en el mayor de los ridículos, a usar palabras esdrújulas y a repetir frases de carpeta de instituto. Obviamente, esto te sucede, si eres una persona corriente y crees en un amor vulgar. Pero Haneke es un genio y cree en un amor pleno, un amor en el que no matar te convertiría en asesino. Por eso, la gente corriente critica a Haneke. Sus películas no son fáciles, ni agradables. No te sientes bien cuando las ves. Incluso, retiras los ojos de la pantalla. Y él lo busca. Todos los temas que toca Haneke en Amour son obscenamente provocativos:

  • La muerte

La película comienza con la irrupción de la policía y los bomberos en un piso parisino aparentemente vacío pero en el que, detrás de una puerta maciza cerrada con llave y sellada con cinta aislante, yace Anna (Emmanuelle Riva) en la cama. La muerte sorprende al espectador de esta forma tan cruda y bella.

La muerte es también, en un círculo perfecto, el final de la película como es el final de nuestra vida. Nacer es comenzar a morir. No sabes cuándo, ni dónde, ni porqué pero sabes que sucederá. Esta incertidumbre/tensión es la que nos hace seguir viendo la primera y viviendo la segunda.

  • La vejez

George (Jean-Louis Trintignant) y Anna son una pareja de músicos retirados que suman 167 (ciento sesenta y siete) años, muchas arrugas y canas, una hija, Eva (Isabelle Huppert), y una larga vida en común.

A: No vas a estropear tu imagen ahora que has llegado a la vejez.

G: Me cuidaré mucho. ¿Cual es mi imagen?

A: La de un monstruo.

Anna es una mujer mordaz que responde así a la historia que acaba de contar su marido sobre cómo, en su infancia, intentaba reprimir las lágrimas ante sus compañeros de colegio. Los que tenemos familiares mayores sabemos que envejecer es dejar de fingir. Una liberación. Mi padre, que va a cumplir los 75, nos sorprendió un día a todos, diciendo «Nunca más me pongáis una ensalada para comer, c***». Y añadió: «Ya tengo edad para hacer lo que me de la gana»

Envejecer es también hablar del pasado o recordar lo joven y bella que fuiste mientras hojeas un viejo álbum de fotos, como hace Anna en otra escena que termina con una afirmación tremendamente vitalista: «Que bonita es la vida».

  • La enfermedad y el dolor

Una mañana, durante el desayuno, Anna se queda catatónica. George le pregunta repetidamente ¿qué te pasa?, agita sus manos y le pasa un trapo de cocina mojado por la cara y el cuello pero ella no reacciona.

No hay imágenes del hospital, ni de la operación fallida que posterga a Anna a una silla de ruedas. El relato se reduce a las cuatro paredes de su casa, a la mesilla de noche en la que se van acumulando cajas y cajas de medicinas a medida que progresa la enfermedad y a las visitas esporádicas de su hija.

E: Papá, te he llamado cuatro veces. No ves que estamos preocupados

G: ¿De qué me sirven tus preocupaciones? No tengo tiempo para ellas.

George no se preocupa, se ocupa de Anna. Bañarla, cocinar, cortarla la comida y cogerla de la mano cuando grita “duele” son su rutina. George se convierte en el verdadero protagonista de la historia. Un héroe doméstico ¿Por qué lo valoro de esta manera? Es inteligente, se adapta rápidamente a los cambios. Fuerte, se enfrenta pacientemente al sufrimiento de su esposa y leal pues lleva hasta las últimas consecuencias la promesa que le hizo a ella. «George, prométeme que no volveré al hospital». Pero, sobretodo, es un hombre bueno y generoso. Hasta Anne Ryan se conmovería.

  • El amor.

E: Al entrar, me he acordado de que cuando era pequeña os escuchaba hacer el amor. Sabía que os amabais. Que siempre estaríamos juntos.

Sin duda, esta palabra terriblemente confusa, que abarca un montón de emociones y sentimientos, desde el deseo hasta al apego o la compasión y que sólo pueden demostrarse mediante la acción, es el tema principal de la película.

Un amor que se demuestra-desencadena de la forma más dramática posible. Ahogando el sufrimiento de Anna con una almohada. George no se arrepiente, compra flores, escribe una carta y prepara un altar para su esposa. A George no le da miedo la eternidad porque va tras ella. Sigue los pasos de Anna.

¿Cómo no me va a impresionar? ¿Cuántos hombres cabales serían capaces de este sacrificio? ¿Sería yo capaz de matar por amor? ¿Hay límites para el amor?

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Cuidado con los que intentan definir el amor porque lo limitan.

Cuidado con los que lo critican porque son los que están más necesitados de amar.

Cuidado con los que aman menos porque no aman.

Cuidado con la gente corriente.

15 comentarios el “Amour

  1. Carlos
    16 enero, 2013

    No he visto la película. ¿Él la mata? ¿Para aliviar su dolor, su postración, su «mierda de vida»? Sinceramente, no sé donde está el sacrificio en hacer eso.

    • Trenzando
      16 enero, 2013

      ¿Crees que cuidar diariamente a una mujer paralítica no es sacrificio? ¿Crees que es fácil para una persona moral matar?

      El tema de la película no es la eutanasia, btw.

  2. Carlos
    16 enero, 2013

    No es que crea que cuidar diariamente a una persona impedida, que no se vale por sí misma, no es un sacrificio. Sé que lo es. Y lo sé en primera persona. Y también sé que el verdadero sacrificio está en aceptar ver a esa persona tal y como está, facilitándole la vida, queriéndola más que nunca. Eso excluye, por supuesto, matarla. Quitarle la vida es quitarle la opción de sentirse querida, y quitar la opción a otros de conocer lo que es un amor verdadero, constante incluso en los momentos más difíciles.

    Eliminar una vida siempre es más fácil que amar contra viento y marea.

    • Trenzando
      16 enero, 2013

      Anna no quería vivir. Se había intentado suicidar varias veces y rechazaba la comida. Anna probablemente tampoco pudiese sentirse amada. Sentía dependencia, vergüenza y mucho dolor. Puede que al final simplemente no sintiese nada. Dejo de ser persona.

      Muchas veces mantenemos con vida a personas muy enfermas más por nosotros, que no queremos «perderlas», que por ellas.

  3. Carlos
    16 enero, 2013

    (Disculpa que haya centrado mi atención en la eutanasia; es lo que más me ha llamado la atención del post. Ya freno)

  4. Bettina Brentano
    16 enero, 2013

    Yo vi la peli y no vi amor por ningún lado. Ni pizca. Con todo, me agradan tus escritos. ¿Saben que la muerta es la misma actriz que la de Hiroshima, mon amour? Qué ironía, qué macabra ironía.

  5. Bettina Brentano
    16 enero, 2013

    Una propina, confío en que no desentone:

    Gracias.

  6. asaval
    17 enero, 2013

    La acabo de ver.

    Para mi, lo defines perfectamente. Él no la mata ni por compasión ni por liberarse, él la mata porque entiende que es lo que ella quiere. Porque ella no puede más y él ha estado toda la vida haciendo que ella estuviese bien, que fuese feliz (entiendo que ella a él también pero eso no es tan visible en la película).

    No creo que sea un héroe ni un mártir, es un hombre lo suficientemente enamorado para querer ahorrarle sufrimiento a su amada. Y eso es valentía, y seguramente, es amor.

    • Trenzando
      17 enero, 2013

      Y bondad. Está palabra tan poco de moda hoy en día y que he echado de menos al hacer la encuesta de «Cosas que a los hombres les gustan de nosotras»

      Muchas gracias por el comentario.

  7. Bettina Brentano
    17 enero, 2013

    Hay algo que sí me parece un acierto, leído en una entrevista:

    «Una casa que es una copia exacta de la que tenían los padres de Haneke en Viena, de *clase media alta*, para que la película no fuera un drama social y así eliminar cualquier problema social que distrajera del tema principal.»

    De todos modos, sigue sin gustarme el resultado. Es decir, es claro que el director consigue incomodar al espectador (y que el tema debía ser tratado), pero ¿para qué? La siento como una incomodidad fútil, como un incendio de contenedores o como piedras lanzadas a los cristales del Santander. Ya me pasó con Funny Games y con La pianista. Un desahogo, quizá, un señalar con el dedo acusador nuestras miserias, pero nunca nada que mejore nada. Es decir, que me parece una película fácil y por tanto carente de valor. A lo mejor es que, inconscientemente, pienso que no se puede hacer una película de amor después de ‘Casablanca’ o ‘El apartamento’. O a lo mejor es desavenencia moral con el director. Intuir que con Curtiz y con Wilder me habría llevado bien y con Haneke sería imposible.

    Con todo, vaticino que saldrá triunfante de los Óscar. Es, como diría un amigo, de ese tipo de películas «con recao». Por la misma razón que Elfriede Jelinek se llevó un Nobel.

    Deseando leer el siguiente post,

  8. Bettina Brentano
    17 enero, 2013

    En realidad, tristemente sale con frecuencia en las noticias: pareja de octogenarios impedidos e impotentes, el hombre mata a la mujer y termina suicidándose. Nunca lo clasifican como amor, sino como violencia de género (lo sé, esto es un argumento a favor de Haneke :-P). Dicho de otra manera, no creo que el tema de la película sea el amor, sino las estructuras sociales, del mismo modo que en Romeo y Julieta de Shakespeare la clave está en la feroz crítica a ‘las leyes de la sociedad’, que son las leyes de la naturaleza, antes que en el romance. Es un grito, en el caso de Shakespeare un gran grito y una obra de arte. No importa; sospecho que, pese a todo, como con el test de Rorschach, cada uno ve lo que quiere ver. Bien está 😉

    • Trenzando
      17 enero, 2013

      Se ha criticado que sea una pareja burguesa, aislada en su casa buguesa, de la crisis y otros problemas sociales. Pero, como bien has dicho, Haneke quiere centrarse. Además, la vida de dos octogenarios, generalmente, se reduce a las paredes de su casa.

      Sobre cuál es el tema de la película, podríamos estar horas debatiendo. La vejez y la enfermedad, por supuesto (Haneke escribe el guión tras enfrentarse a la enfermedad de su tía)

      Pero sigo considerando que el amor es el tema principal. Entre otras cosas me baso en que Haneke al ver montada la película cambió el título original «La música» por el de «amor». El amor es la música de fondo de todas las escenas desde que llegan del concierto (estabas muy guapa está noche, le dice George a Anna) pasando por el simbolismo de la paloma hasta el trágico final. Un amor crudo despojado de deseo, belleza, ilusiones de juventud o romanticismo. Un amor muy Haneke. Un amor cotidiano y violento, como hizo en Funny Games. Un amor que conmueve al espectador ¿Para qué? Para que te hagas preguntas. Las mías las escribí en la entrada. ¿Qué es el amor? ¿Puedes matar por amor?

      Gracias por todos y cada uno de tus comentarios. Coincido en mucho. por ejemplo en que Casablanca y El apartamento son dos películas difícilmente mejorables.

  9. Analia
    17 marzo, 2013

    Quien puede dudar que es una pelicula plagada de amor? Cuando él toma la mano de su esposa, que ya ni puede responderle… Uno puede soportar esas cosas sólo por amor! Reconozco que espera un final mas concreto, pero por las criticas que leo, el director suele dejar finales ambiguos para que cada uno «arme su propia pelicula». Un filme extraño para mi, pero de todas maneras me gusto mucho que alguien se atreva a dar una mirada distinta al amor, y por cierto, en situaciones tan cruelmente reales….

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Esta entrada fue publicada en 15 enero, 2013 por en Relaciones y etiquetada con , , , , .